[esp] Réjane Sénac - “Wokismo”, “cultura de la cancelación”: las movilizaciones contra las injusticias son mejores que las distracciones

La denuncia de una supuesta "ideología woke [despertar]" despolitiza las injusticias y la violencia, especialmente las sexistas y racistas. También deja fuera de juego cualquier debate sobre las desigualdades en la sociedad francesa.

Mientras que una encuesta de Ifop de marzo de 2021 subrayaba que el término "wokismo" era muy poco conocido en Francia, ya que sólo el 14% del panel había oído alguna vez esta palabra, la denuncia de una supuesta "ideología woke" ocupa cada día un lugar más importante en el espacio mediático y político. Refiriéndose a la necesidad de despertar ante las injusticias, primero frente al racismo en Estados Unidos, la semántica en torno al wokismo se ha convertido en un medio para desacreditar el análisis y la denuncia de las injusticias a partir del momento en que no están relacionadas a las desigualdades económicas y sociales y/o no se limitan a la estigmatización de los comportamientos individuales desviados. La construcción del wokismo como enemigo de la República y de la cohesión social y nacional justifica la puesta en escena de una cruzada en la que se trata nada menos que de defender los valores de la República y, más universalmente, de salvar el mundo encontrando "una vacuna contra el wokismo", según las palabras de Pierre Valentin, estudiante de máster en la Universidad de Panthéon-Assas, redactor de las notas de Fondapol y codirector de la sección juvenil del "Laboratorio de la República". En la nota publicada en septiembre, redactada por el psicoanalista Ruben Rabinovitch y el comunicador Renaud Large, la Fundación Jean-Jaurès utiliza un tono más sarcástico que marcial para fustigar "la embriaguez de la omnipotencia en la culpa-omnipotente", el "guerrero de la justicia social (que) caza, con la saliva en la boca, cualquier “desliz” que pueda denunciar".

En una sinergia interpartidaria basada en la defensa de una concepción conservadora de la República, el llamado wokismo es blandido como el principal enemigo político para descalificar, en el sentido de sacar del juego, el análisis y la denuncia del sexismo, la homofobia y el racismo señalándolos como gravemente subversivos, porque se los tasa como antirrepublicanos. El doble descrédito de este término, hacia el mundo académico y las movilizaciones contra las injusticias, tiene el objetivo y el efecto de defender a la República Francesa frente a quienes la sostienen como un horizonte a construir para que esté a la altura de los principios de igualdad, libertad y fraternidad que proclama. La creencia y el rechazo del diálogo y del pluralismo no están, pues, del lado del llamado wokismo, sino de esta concepción republicana fantaseada que hace irrelevante el debate sobre los medios que hay que poner en práctica para que la República Francesa sea algo de todas y todos, de cada una y cada uno. En efecto, es significativo que proclamarse al mismo tiempo por la igualdad, feminista, antirracista y denunciar las luchas contra las desigualdades, el sexismo, la homofobia, el racismo, la islamofobia no sea considerado como ilógico o contradictorio.

El wokismo no existe, pero habla. Habla de la persistencia de la negación de las desigualdades e injusticias como estructurantes de la historia y del presente de la sociedad francesa. Habla del miedo a pensar en un futuro donde la igualdad sea un "común" a construir y no un logro sagrado a preservar. Para que no sea un medio de paralizar el debate, sino una parte de él, tomémonos el tiempo de analizar esta narrativa. Al despolitizar las injusticias, la violencia, especialmente las sexistas y racistas, las acusaciones de wokismo sancionan la discusión de las posibilidades de emancipación colectiva e individual como fuera de juego. Para no reducir el debate público a una división en bandos frente a una postura de autoridad que distribuye puntos buenos y anatemas sobre quién y qué es conforme a la República Francesa, discutamos los marcos del debate. La riqueza y la complejidad de los análisis y las movilizaciones contra las injusticias merecen algo mejor que las distracciones.


[1] Este artículo fue publicado por primera vez en Libération Link.



* Réjane Sénac. Politóloga, autora, entre otras obras, de L'égalité sans condition. Osons nous imaginer et être semblables (Rue de l'échiquier, 2019) [La igualdad sin condiciones. Atrevámonos a imaginarnos y a ser iguales]. Su nuevo libro Radicales et fluides. Les mobilisations contemporaines [Radicales y fluidas. Las movilizaciones contemporáneas], fue lanzado por Sciences Po Presses el 14 de octubre. Aborda la posibilidad y las modalidades de una emancipación compartida analizando lo que es común y lo que es controvertido entre los compromisos por la justicia social y ecológica, contra el racismo, el sexismo y/o el especismo, compromisos a menudo aprehendidos como una suma de reivindicaciones particularistas. Para ello, realizó una encuesta cualitativa entre 124 dirigentes y activistas de asociaciones.



[1] Traducido del francés por Andrea Balart-Perrier.




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