Me gustaría más estar escribiendo sobre otras cosas, pero la descomposición tiene una insistencia majadera en abrirse camino en la ruta trazada hacia un mundo mejor. Las agresiones sexuales no son sólo la agresión sexual misma, que ya es bastante, sino todo eso que se arrastra y continúa como una pequeña espina en el zapato, porque las instituciones no hacen su parte. El patriarcado es claramente más que los agresores, también están los cómplices, y las instituciones que no resuelven para nada, sino que agravan.
Denuncié a Nicolás Espejo Yaksic en UNICEF Nueva York por acoso sexual y abuso de autoridad, hace casi cuatro años, el día 11 de junio del año 2020. Quien fuera mi jefe en la oficina de UNICEF en Santiago de Chile entre 2009 y 2013. Lo primero que hay que aclarar inmediatamente, es que Naciones Unidas no ha investigado nada todavía. Sigo esperando, confiando en el mensaje de António Guterres, Secretario General de Naciones Unidas, todo será investigado. No. No es verdad, nada, o casi nada, será investigado. Es asunto de presentar una denuncia para saberlo. Como dijo Purna Sen, antigua miembro de la junta ejecutiva de Naciones Unidas, existe una verdadera tensión dentro de esta organización, que, por una parte, aboga por los derechos humanos, y por otra, niega a las personas que trabajan para ella los mismos derechos.
Aquí viene lo interesante. O lo terrible. Como las instituciones no hacen su parte, los agresores siguen circulando en total impunidad, y en ocasiones, cuentan con cómplices, que se prestan para seguir dándoles espacio. En ese caso estamos aquí. Tenemos unas agresiones que no se han investigado, tenemos a un agresor, y tenemos a un cómplice. Ese cómplice es nada más ni nada menos que el defensor de la niñez de Chile. Así es. El defensor que una nación soñó, para terminar en esto. Cuando se realizó la elección, hubo gente que me contactó alarmada para comentarme que se estaba presentando Anuar Quesille Vera, a quien conozco bien. No sólo es el secuaz principal de Nicolás Espejo Yaksic, persona a la que denuncié, y bajo las órdenes de quien tuve que vivir el peor calvario que he vivido en mi vida, trabajar más de cuatro años al mando de un acosador narcisista. Además, Anuar Quesille Vera, era, en el pasado, o yo lo consideraba, un gran amigo. O sea, él hacía la pantomima como que lo fuera. Conversábamos casi todos los días, por años, trabajábamos juntos, también estuvo en mi casa y en la casa que tienen mis padres frente al mar junto con otrxs amigxs con los que compartimos un fin de semana, y así. A mí me parecía extraño que Nicolás Espejo Yaksic supiese cosas de nuestros fines de semana, de nuestra vida privada, cosas que hablábamos entre amigos, se supone. Un buen día caímos en cuenta, que era Anuar Quesille Vera quien hacía llegar esta información a Nicolás Espejo Yaksic. Cuando me fui de UNICEF, no volví a hablarle, por supuesto. Él me envió un correo, imagino que para seguir la pantomima, pero ya era tarde, porque su total ausencia de calidades éticas habían quedado al descubierto con una claridad diáfana. Tal vez debiese haberlo sospechado, veía yo cómo hablaba de otras personas y las infidencias que contaba, incluso de amigxs de él. Digámoslo así, para que sea más claro, Anuar Quesille Vera es una extensión de Nicolás Espejo Yaksic, como si fueran casi sólo una cosa. En aquel día de enero de 2013, cuando Nicolás Espejo Yaksic me comunicó que había propuesto que me despidieran, pero la oficina había dicho que no, porque valoraban mi trabajo, conversé con Anuar Quesille Vera, y para mi total estupefacción, me respondió, yo sabía. Cómo olvidar. Ambos tenían, me parece a mí, no sólo una total ausencia de calidades éticas, si no que un componente sádico importante, que es lo que más destruye.
Escribí entonces un texto al que titulé El secuaz, sin mencionar su nombre. Él era el protagonista. Sentía la necesidad de advertir que Anuar Quesille Vera no contaba con las calidades éticas para ser defensor de la niñez, siendo además el secuaz principal de Nicolás Espejo Yaksic, cuya ausencia de calidades éticas es de público conocimiento. Basta preguntarle a casi cualquier persona que haya trabajado con él, o que se haya relacionado con él íntimamente (se acercaron a mí varias personas luego de que denuncié para hablarme al respecto, a quienes agradecí en su momento, por la confianza). Estamos hablando de traumas graves, no de simples desencuentros. El texto El secuaz terminaba así: El absurdo soberano estará tal vez esperando que el secuaz reine para cortar su tajada, tal como él lo supo hacer cuando el soberano reinaba.
El señor Anuar Quesille Vera, a quien yo estimé un día, antes de conocerlo lo suficiente, salió elegido defensor de la niñez. Acto seguido, no es difícil adivinar. Contrató de manera irregular, por medio de un convenio con una universidad, en vez de realizar una licitación pública, al señor Nicolás Espejo Yaksic. Tema que se mencionó en la campaña, el peligro de su cercanía con un acosador de esa calaña. Los invito a solicitar por ley de transparencia el convenio realizado para lograr que trabajara en la institución. Sí, lo contrató, aunque parezca increíble, aspirando luego a que Nicolás Espejo Yaksic pudiese volver a hacer clases a la Universidad Diego Portales, en este contexto. A todas las personas relacionadas a estos trabajos, les dijo que el señor Nicolás Espejo Yaksic había sido declarado inocente, por Naciones Unidas. Esto es, mintió simplemente. Porque si no cómo contratar a un acosador denunciado, cuando además no se ha llevado a cabo investigación alguna por el momento. Él sabe muy bien lo que Naciones Unidas dijo, no dijo en ningún caso que Nicolás Espejo Yaksic es inocente, lo único que ha dicho hasta ahora Naciones Unidas, es lo siguiente, “Tras una evaluación preliminar de su informe, y teniendo en cuenta que ni usted ni el Sr. Espejo Yaksic están actualmente contratados por UNICEF, la OIAI, Oficina de auditoría e investigaciones, no llevará a cabo una investigación completa en este momento. Este asunto puede ser considerado e investigado más a fondo, según corresponda, si usted o el Sr. Espejo Yaksic buscan empleo o son contratados por UNICEF en el futuro.” Si Naciones Unidas hace su trabajo e investiga, no me cabe ninguna duda que será declarado culpable, lo que espero hagan pronto. Es asunto de ver las definiciones que ha realizado Naciones Unidas en relación a estas conductas, y todo lo realizado por esta persona en mi contra. En contra de mi cuerpo, mi mente y mi alma. Nicolás Espejo Yaksic me destruyó la vida y la autoestima, de manera consistente, de lo que ya me recuperé, aunque las secuelas quedan en el cuerpo, cada vez que me contactan porque vuelve a aparecer me da un pequeño temblor y una leve taquicardia. El miedo es algo que toma tiempo eliminar. Yo no me convertí en una abogada de derechos humanos para esto. Él no tenía derecho a hacer lo que hizo. Nadie tiene ese derecho.
Nicolás Espejo Yaksic es el abusador total. Su especialidad es destruir a todas las personas que tiene cerca. Siempre con el objetivo de conseguir lo que quiere. Sin consideración alguna. Como yo denuncié públicamente, las personas se acercan a mí a contarme sus experiencias traumáticas con este sujeto. No tengo ningún problema en conversar sobre esto. Muchas personas, la mayoría tal vez, siguen el calvario más o menos en silencio. Cada unx podrá relatar su experiencia cuando lo estime, y denunciar si corresponde.
Anuar Quesille Vera es el cómplice absoluto. Y ahora quiere defender a las personas, a los niñxs y adolescentes más encima. Que necesitan muchísima protección en cuanto al abuso que pueden sufrir. Es un abusador, igual que su maestro. Lo eligieron, tal vez por favores políticos, porque prometió puestos por aquí y por allá. Pero no tiene la calidad ética suficiente. Asunto que yo ya había advertido. Sin el suficiente énfasis, tal vez, pero la situación lo amerita, porque contra todo pronóstico, o quizá no, contrató a la persona denunciada. Incluso aunque esto pueda costarle el puesto. Lo que a mí me parece bastante impresionante, por al menos dos aspectos. La sujeción al verdugo, en primer lugar. La imposibilidad de Anuar Quesille Vera de hacerle frente. Tal vez porque son lo mismo. Por otra parte, y esto no es tan llamativo, a Nicolás Espejo Yaksic no le importa en absoluto que Anuar Quesille Vera pueda perder su puesto por su culpa, porque no le importa nadie más que él mismo. Tal vez a alguien le impresiona este hecho. Si se mira de cerca, igual es fuerte de observar. Ambos casos son de una gran violencia, no poder sacarse de encima al narcisista que te utiliza, y la utilización misma de alguien.
Escribo entonces estas líneas, porque tal vez es necesario reevaluar si el señor Anuar Quesille Vera es la persona más apta para ese puesto, junto con retirar de una defensoría de la niñez a una persona denunciada por agresiones sexuales (cabe mencionar que además de mi denuncia hay otra en la Fundación para la Confianza, hasta el momento), y por ningún motivo, me parece a mí, Nicolás Espejo Yaksic puede volver a hacer clases a la Universidad Diego Portales, donde están en conocimiento de la información que menciono. Estudié y trabajé en esa universidad, igual que el señor Nicolás Espejo Yaksic, y el señor Anuar Quesille Vera. Sabemos que, en esta línea de probidad, Naciones Unidas bajó la participación de Nicolás Espejo Yaksic como panelista de un evento de ONU Mujeres dado sus antecedentes, y el Oxford Human Rights Hub eliminó un podcast en el que participaba como entrevistado, por las mismas razones, entre muchas otras acciones que se han llevado a cabo en este sentido.
Creo que viene al caso decir que hasta el día de hoy existen personas que me comentan del maltrato del que fueron testigos por parte de Nicolás Espejo Yaksic hacia otras personas en esa institución. Como él se relaciona de manera cercana al matonaje, tiene una animosidad, incluso de público conocimiento, con muchas personas. Funciona de esta manera. O me sirves y puedo utilizarte, u olvídate que voy a dejar que sigas adelante. Es asunto de hablar con cualquiera de las personas que ha despedido o propuesto despedir. Incluso cuando no le correspondía para nada. Pero como en su delirio cree que el mundo es su jardín donde puede plantar y desplantar a su guisa cree que le corresponde. Se equivoca todo el tiempo. Lo único que logra es hacer que el mundo sea peor, con personas como él en las instituciones. Cuando me comunicó que había propuesto mi despido, me anunció que también había propuesto el despido de otras personas, y me dio los nombres, de otros consultores, de distintas áreas, personas que además con gran ingenuidad tal vez, lo consideraban no sólo compañero de trabajo, si no que amigo. No sólo me dijo, propuse despedir a este y a este, si no que dijo, no voy a repetir sus palabras literales porque no son dignas de un texto de estas características, pero dijo, no podrá volver a encontrar trabajo en ningún lado esa persona. Por un momento tuve la sensación que estaba conversando con alguien que se auto percibe como perteneciente a una mafia que está por sobre cualquier norma existente. Inmunidad a la que también cree pertenecer su secuaz, ya se ve. La dictadura por momentos parece vivir dentro de cada una de estas personas.
Las instituciones y las universidades que trabajan en derechos humanos, van a por fin, hacer honor de su rol de defensa y protección de los derechos humanos, o no. Es la pregunta que queda. Cuánto más hay que hacer para que existan los derechos humanos. Para que la dictadura sea sólo un mal recuerdo. Si estamos contratando abusadores, no vamos a lograr el objetivo, al menos el que se ha fijado. El señor Nicolás Espejo Yaksic y el señor Anuar Quesille Vera podrán mentir todo lo que quieran, pero eso no significa que la verdad se modifica. Fui víctima de acoso sexual mientras trabajaba en UNICEF y Naciones Unidas no ha investigado nada todavía, lo que debería haber hecho, si observamos con detención lo que la institución sostiene como principios ineludibles y las directrices que ha fijado.
Alguien me comentó que Nicolás Espejo Yaksic, para zafar de su culpabilidad, entre otras mentiras, había dicho que fue mi pareja, creo que esto es lo más asqueroso que he escuchado, de hecho si lo pienso me dan ganas de vomitar. Nunca jamás fui su pareja ni nada parecido, afortunadamente, sólo su subordinada en más de un trabajo lamentablemente. Nunca jamás he tenido sexo con esa persona, gracias a dios. Cuando esta persona me acosó, además, yo estaba comprometida para casarme con alguien, lo que añadió terror y estrés al asunto. Si hubiese tenido las palabras y conceptos (y esa oficina, Naciones Unidas y el mundo hubiesen sido otrxs, como ahora) y no sólo un miedo sideral, de perder a mi enamorado y a mi trabajo de una sola vez, podría haber nombrado el asunto para saber que era una víctima. Ahora lo sé bien. El camino de la comprensión y reparación es largo. Remé con las herramientas que tenía en ese momento, que eran muchas menos de las que tengo ahora, claramente. El sufrimiento fue muy, pero muy intenso. Ahora lo veo lejano, soy una persona feliz, libre, y no estoy sometida a nadie. Vivo sin embargo, a millones de kilómetros de todo eso, lo que ayuda. Si tuviese que encontrarme con esa persona cara a cara, creo que la situación no sería la misma. Como lo que le ocurre a la gente que se ha encontrado con su torturador. O las personas que tienen que ver a su violador.
Tal vez venga al caso comentar aquí, que algunas personas, no muchas, por motivos de partido político y afines, no han condenado suficientemente, o no han condenado en absoluto, el comportamiento de Nicolás Espejo Yaksic y sus acciones, que relato en mi denuncia. El hecho de que las personas condenen sólo lo que les conviene creo que dice bastante. Siendo que las consecuencias en las víctimas son las mismas, de cualquier lado que venga el agresor. Cómo avanzaremos en un tema, si políticxs y personas que se dicen feministas incluso en ocasiones públicamente, no son capaces de condenar cuando corresponde. No se pueden hacer estas diferencias. La condena a los delitos debe ser irrestricta siempre. Si tienen la versión de los abusadores, hay que preguntar también a la otra parte, es necesario siempre tener las dos versiones, me lo dijo un fiscal que conozco, que sabe de lo que habla. Aquí estoy, puedo dar mi versión siempre que se requiera, y creo, y no tengo problema en decirlo, que mis acciones son éticas, y que no he llevado a cabo nada intentando lograr algo utilizando personas de manera instrumental. Los derechos humanos para mí significan cosas muy concretas, existen y hay que respetarlos. Esto es un móvil de vida. Mis acciones no han tenido otra intención que hacer justicia y luchar por un mundo sin abuso. Los costos los asumo. Cuando decidí ser una abogada de derechos humanos mis convicciones eran demasiado profundas como para mezquindades o reparos. Sí quisiera no ser víctima de tortura, violación o asesinato, sería lo ideal. Las mentiras que pueda decir el acosador y su cómplice no me quitan el sueño porque tengo la conciencia tranquila de que he hecho lo correcto. Ser una abogada de derechos humanos conlleva un peso, de eso no hay duda, y una gran responsabilidad, la que estoy dispuesta a asumir y he asumido siempre. Creo en las instituciones y en los valores de probidad y democracia. Creo, además, que este puede ser un mundo sin abuso. Hay que seguir trabajando de manera incansable, es lo que he aprendido de María Soledad Cisternas Reyes, Nelson Caucoto Pereira y Xavier Armendariz Salamero, mis maestrxs. Junto con todxs esas feministas que sigo de cerca y a quienes admiro con mucha pasión y reverencia lúcida. Sé que el camino ha estado trazado por otrxs antes que uno. Aquí en Lyon, libramos actualmente y desde hace un tiempo, una gran batalla contra los agresores en el medio cultural. Hay que dar la pelea en todos los rubros porque ninguno se salva, es asunto de leer los periódicos para saberlo. Que sigan las denuncias para que quede cada vez más al descubierto la dimensión del fenómeno, violencia que toca, no hay duda casi a la totalidad de las mujeres del mundo, de alguna u otra manera. Después de cuatro años de activismo feminista oficial trabajando y participando en colectivos y grupos y dirigiendo una revista feminista activista y literaria trilingüe, puedo vislumbrar con mucha más claridad la urgencia de la lucha. Salir del silencio y actuar es lo que modifica.
HASTA CUÁNDO VAMOS A ESTAR RODEADXS DE AGRESORES IMPUNES. Tal vez así sea más enfático, y haya más atención. Que suelen, además, volver a agredir. Hasta cuándo los cómplices y las instituciones que no cumplen su rol. Ni un paso atrás. No importan cuáles sean las maniobras que utilicen los agresores para seguir acosando y violando, el mundo va a cambiar, es un hecho. No más agresores y no más cómplices. Todxs unidxs contra el abuso, todxs unidxs por un mundo, mucho, mucho, mejor. FUERA LOS ABUSADORES DE NUESTRAS INSTITUCIONES.
* Andrea Balart es escritora y abogada de derechos humanos. Máster por la facultad de filosofía de la Universitat de Barcelona. Activista feminista, cofundadora, directora y editora de Simone // Revista / Revue / Journal. Franco-chilena-catalano-vasca, nació en Santiago de Chile y vive en Lyon, Francia.
Texto El secuaz
Denuncia
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Comunicación enviada por ONU a Andrea Balart. En el apartado 2 se indica: “Tras una evaluación preliminar de su informe, y teniendo en cuenta que ni usted ni el Sr. Espejo Yaksic están actualmente contratados por UNICEF, la OIAI (Oficina de auditoría e investigaciones) no llevará a cabo una investigación completa en este momento. Este asunto puede ser considerado e investigado más a fondo, según corresponda, si usted o el Sr. Espejo Yaksic buscan empleo o son contratados por UNICEF en el futuro”.
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Original photographies © Celeste Laila D'Aleo.
Image postproduction: Andrea Balart.
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