Amor, feminismo y reinvención son las tres palabras que evocan la formación del estudio jurídico AML Defensa de Mujeres. Todo parte en el año 2018, cuando Daniela López y quién escribe, Francisca Millán, nos encontrábamos, en ese entonces, en una incipiente relación amorosa, en la que cada una vivía en una región distinta de Chile: ella era de Valparaíso y yo de la región del Maule. En ese contexto, vinimos a vivir a Santiago y nos encontramos con una falta de fuente laboral, que, necesariamente, hizo que nos pusiéramos creativas.
Ambas llevábamos participando durante muchos años, y hasta ese momento, en el activismo feminista. También en los movimientos sociales y en política. Por tanto, estábamos muy conscientes en relación a cuáles eran las necesidades feministas dentro del mundo del derecho.
La necesidad de idear un plan para enfrentar el complejo panorama laboral para las y los abogados, junto con la creciente marea feminista –que, en 2018, insertó en la agenda pública la incorporación de una perspectiva de género en todos los ámbitos de la vida– nos llevó a tomar nuestras propias gafas violeta para emprender acciones concretas ante la casi nula mirada feminista dentro del conservador mundo de la abogacía.
El recorrido, inicialmente, fue sigiloso y estuvo invadido por una mezcla de sentimientos, entre ellos miedo y expectación de cómo sería recibida en el espacio judicial esta propuesta de estudio jurídico feminista. Considerando que la aplicación de una perspectiva de género planteó un cambio de paradigma a las tradicionales formas de enfrentar, hasta entonces, el derecho penal y de familia, por ejemplo.
En ese camino, surgió la posibilidad de iniciar litigaciones de causas que requerían de una perspectiva de género para su tramitación, ya que ante la falta de tratamiento especial de la legislación actual, estas causas, históricamente, habían sido falladas en contra de las víctimas de violencia de género.
Hoy, la participación activa en el feminismo se ha vuelto una cuestión a nuestro favor, en tanto nos ha permitido entender el fenómeno por el cual atraviesan nuestras representadas, más allá de lo judicial. Es decir, llevando la desigual realidad que enfrentan las mujeres durante su vida. Lo que a su vez nos ha permitido, poco a poco, ir permeando en estos espacios tradicionales, conservadores y androcéntricos -como lo es la administración de justicia- esta idea de igualdad material.
El trabajo del estudio jurídico feminista AML Defensa de Mujeres ha tenido una buena recepción por parte de la judicatura, en general, y también respecto de las mujeres que requieren representación, quienes hasta ahora no habían encontrado quien entendiera efectivamente el fenómeno ante el cual se encontraban.
Una apuesta que se aleja de la tradicional relación de subordinación con quienes son representados, ya que trabajamos codo a codo respecto de todas las necesidades que son manifestadas, lo que nos permite aportar en la reparación a la violencia vivida.
Trasladamos nuestra lucha feminista al derecho, al acceso a la justicia para las mujeres, gestando precedentes con perspectiva de género en tribunales porque nos rehusamos a renunciar a la justicia estatal y porque todas tenemos derecho a gozar de igualdad material y formal ante la ley.
Buscamos que los agresores dejen de encontrar en la justicia una nueva forma de dañar a sus víctimas; que la justicia comprenda que si un hombre es capaz de atentar contra la vida de la mujer madre que es la cuidadora principal de sus hijos, jamás va a ser un buen padre.
Contamos con abogadas absolutamente preparadas en Derechos Humanos y Género, litigando en las diversas áreas del derecho, con el fin de que no se siga legitimando la desigualdad y la subordinación de las mujeres en la sociedad y en los tribunales.
Con fallos históricos como fue el caso de Daniela Pierre (mujer que recuperó a sus hijos luego de que se los arrebataran en un procedimiento irregular y sin apoyo de traducción, que marcó un precedente importante en relación al trato que le da la justicia y el Estado chileno a la población migrante), nos fuimos consolidando, articulando, y fuimos integrando espacios que nos han permitido visibilizar nuestro trabajo. Esto, no solo para darnos a conocer, sino también como un reconocimiento a la importancia de mantener activamente las discusiones de estereotipos de género que están presentes en el espacio público.
En esa misma línea, nos damos cuenta de que, para un estudio jurídico que litiga estratégicamente en materias de derechos humanos, el área de comunicaciones es un área fundamental para efectos de visibilizar la desigualdad que nosotras denunciamos cotidianamente. Por eso, nuestras primeras contrataciones fueron comunicadoras.
Incorporamos las lógicas de género y los principios feministas, no solo en la tramitación de nuestras causas -que a estas alturas se han ampliado a otras áreas del derecho como lo son el administrativo, el laboral y el constitucional- sino que también a la forma de trabajar de nuestro equipo a través de la contratación de trabajadoras mujeres solamente.
Paradigmáticamente, esto ha significado el desarrollo de una forma distinta de operar internamente que nos ha permitido salir de las lógicas que hoy en día imperan en el mundo laboral, que tiene que ver con altos grados de explotación y precarización.
Nos esforzamos por entregar un pago justo, digno y bastante igualitario entre quienes somos las socias y abogadas y así como también con las distintas trabajadoras de nuestro estudio.
Cambiar estas lógicas relacionales nos ha permitido, adicionalmente, operar desde la contención y la cercanía. Por medio de estas acciones reivindicamos la idea de que lo personal es político, por tanto, todo aquello que pasa en el área personal de la vida de nuestras trabajadoras, y de nosotras mismas, es parte también del espacio laboral.
En la práctica, esto nos ha permitido tener espacios seguros, libres de violencia, con una jornada laboral de lunes a jueves. En definitiva, contar con un equipo humano, de mujeres, que hacen posible que exista -con tal nivel de compromiso- AML Defensa de Mujeres. Trabajar por la defensa de los derechos de las mujeres en Chile, es una labor desgastante, llena de momentos de dolor, de rabia e impotencia. Pero, de vez en cuando, hay victorias que hacen que todo valga la pena. ¡Vamos por más!
* Daniela López es abogada feminista y socia fundadora del estudio jurídico AML Defensa de Mujeres. fb @AML.DefensadeMujeres ig @amldefensademujeres tw @AmlDefensa.
* Francisca Millán es abogada feminista, especializada en Derechos Humanos y Género, y socia fundadora del estudio jurídico AML Defensa de Mujeres. fb @AML.DefensadeMujeres ig @amldefensademujeres tw @AmlDefensa.