Lo robaron todo. ¿Seguir robando? ¿Esa es la propuesta? No, gracias. Vuelve a tu sillón y a tu televisor. Estamos perfectamente bien sin ti. No podemos estar mejor. ¿Cerrar el Instituto Nacional de Derechos Humanos? No, gracias. ¿Eliminar el Ministerio de la mujer y la equidad de género? No, gracias. ¿Ampliación del Estado de Emergencia? No, gracias. ¿Interceptación de comunicaciones sin control? No, gracias. ¿Detenciones en lugares no habilitados como recintos penitenciarios? No, gracias. ¿Expulsiones masivas y fronteras con militares? No, gracias. ¿No respetar ningún tratado internacional en ningún tema? No, gracias. ¿Una concepción retrógrada y superada de la familia? No, gracias. ¿Menos financiamiento público de la cultura y más dependencia privada? No, gracias. ¿La migración como un delito? No, gracias. ¿Desmantelar los derechos sociales? No, gracias. Parece que no nos interesa nada de lo que propones. Dejémoslo hasta ahí, escuchar todo eso ya nos bastó. Se te olvidó parece que vive más gente que tú en el país. Ah, solo, pensaste, de acuerdo. No. No viste bien. Además, ya lo robaron todo, partimos por eso. La gran matanza y el gran robo. Así comenzó todo. Ahora vienen otras cosas. ¿Nos dejas vivir tranquilos? Tenemos cosas que hacer. Trae otras ideas, porque esas que diste no sirven para nada, más bien nos llevan hacia el comienzo, de vuelta a la matanza y el gran robo. De vuelta a la Gran Violación. Al Gran Abuso. Piensa un poco más y conversamos. Cómprate un alma y dialogamos. Suerte, gracias.

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