Nunca la extrema derecha / Jamais l'extrême droite / Never the far right

Para lo que tampoco estamos de humor en ningún sentido es para que nuestros derechos retrocedan. Lo que propone uno de los candidatos a presidente de la República de Chile, por ejemplo, entre otros. La historia es un eterno retorno monstruoso. Que se cierne sobre espíritus cansados. Dan ganas de llorar. Pero sería ideal poder hacer algo más. Como por ejemplo decir que el fascismo nunca resolvió nada. Más bien todo lo contrario. Estos son el tipo de encrucijadas que van definiendo crudamente el devenir de tantas personas. Cómo existir en una organización que nos hace callar. Que manipula para hacerse del poder y gobernar aplastando. Ser mujer es difícil siempre. Es como que no hubiese tregua. Los últimos años que viví en ese país, interceptada por el gaslighting de parejas, jefes, autoridades, especialistas en salud. Eres esto, eres lo otro, no hables, recibe. Ahora más atrás del punto cero. Eso es lo que ofrecen. Piedad, dios mío. Acaba con este calvario. Debiéramos impedir que una propuesta que restringe la democracia, nos devuelve a la época de las cavernas, pone un fin definitivo a los derechos de las mujeres y a nuestra posibilidad de existir libremente, pueda gobernar una república. Hemos tenido malas experiencias. Estamos heridos. Por qué ahora esto. Es la gran, inmensa mentira. No van a lograr nada, van a someternos, y Chile va a explotar de resistencia. Qué camino infame, dios mío. Ser mujer es difícil siempre. Ser ciudadano es difícil siempre. Viva la política. NUNCA LA EXTREMA DERECHA.