Me vine en bicicleta desde el ex Congreso Nacional luego de una extensa jornada en la Convención Constitucional donde se votaron los primeros artículos de Sistemas de Justicia. De pronto me invadió algo así como temblor en todo el cuerpo y luego ese llanto como de un dique que se desborda.
Pensé en ese día en el Centro de Justicia cuando llegaron compañeras de la Coordinadora Feminista 8M, de la Red Chilena Contra la Violencia Hacia Las Mujeres, mis vecinas de la asamblea territorial, mis amigas y amigos, mis abogadas, mi mamá con sus amigas de toda la vida, mi familia y las familias de las tres acusadas. Pensé en cada persona que estuvo presente ese día, pero sobre todo en los anteriores y en cómo se los agradezco en lo más profundo.
Nos recuerdo haciendo la performance de LasTesis esa mañana, "el patriarcado es un juez" gritamos tan fuerte ahí mismo frente a los jueces, frente a ese edificio gigante de vidrio y hormigón.
A tres días de la Huelga General Feminista, el 11 de marzo de 2020 tuvimos la audiencia final de un juicio de mierda por la querella que enfrentamos por supuestas injurias a una autoridad del gobierno. Las tres acusadas nos conocimos en el proceso y aprendimos a acompañarnos.
Pensé en ese proceso que tomó más de un año de nuestras vidas, de nuestros desvelos, de nuestra impotencia por vernos envueltas en un juicio que era sobre toda esa "violencia que no ven". Mientras pedaleaba pensé en cada audiencia y sus preparaciones, recordé ese almuerzo donde nos contamos esas historias que nos llevaban a encontrarnos y que habíamos vivido cada una hace más de 10 años. Experiencias que reflotaron con esa presencia espectral que habita en tantos de nuestros silencios. Recordé como memoricé mi testimonio para esa audiencia a la que después de todo no llegaron, se excusaron y no pudimos tampoco ganarles como habíamos esperado por meses.
Pensé en todos esos momentos de una historia más entre tantas otras, pensé en cómo volveré sobre ella en el futuro cuando resulte cada vez más impensable que otras lleguen a vivirla.
Hoy, Chile pasó a ser el primer país en el mundo en consagrar la perspectiva de género y la conformación paritaria como un principio del ejercicio de la justicia en el proyecto de Nueva Constitución de la República. Y esto, que es un triunfo profundo y colectivo del movimiento feminista, es también y en lo más íntimo, todas y cada una de estas pequeñas batallas.
Pensé en ese día donde me sentí tan profundamente vulnerable y acompañada, y justo al llegar a mi casa esta noche, volví a sentir ese alivio de cuando supe que se había acabado.
Pensé en ese eco en los tribunales que hoy vuelvo a escuchar. Ese eco que repetía a muchas voces una certeza con la que aprendimos a conjurar la vergüenza y el temor.
"La culpa nunca fue nuestra, ni donde estábamos, ni como vestíamos."
Sonrío. El proceso constituyente es también todas estas, nuestras, historias.
* Javiera Manzi A. Socióloga, archivera de la Universidad de Chile. Investiga los cruces entre gráfica, política y movimientos sociales; coautora del libro "Resistencia Gráfica. Dictadura en Chile 1973- 1989". Militante de la Coordinadora Feminista 8M, fue asesora de Alondra Carrillo en la Convención Constitucional. Ha escrito libros, artículos y columnas sobre política feminista y la revuelta social en Chile.
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